El aceite de oliva y la sostenibilidad
El aceite de oliva además de ser un elemento básico en nuestra dieta mediterránea, provee a nuestro cuerpo de multitud de beneficios para la salud, y destaca como producto sostenible para la contribución de un planeta consciente con el medioambiente.
En el artículo de hoy, desde El Lagar, exploraremos cómo la producción y el consumo de AOVE contribuye a sostenibilidad ambiental.
La demanda global de productos ecológicos ha crecido exponencialmente haciendo que industrias como las de aceite evolucionen para implementar prácticas sostenibles. Son tres los pilares fundamentales relacionados directamente con el cultivo y consumo del aceite de oliva y los desarrollaremos a continuación.
Prácticas sostenibles de cultivo de Aceite de Oliva
Los agricultores están comenzando a tomar medidas y a adoptar métodos que conserven los recursos naturales y mejoren la biodiversidad para una producción más sostenible. Estas son algunas de las prácticas más populares:
- Uso eficiente del agua: es crucial una adecuada gestión del agua, sobre todo en aquellas zonas propensas a la sequía. El riego por goteo es una de las técnicas más extendidas entre los agricultores donde el agua es proporcionada directamente a la raíz del olivo, evitando cualquier tipo de desperdicio y maximizando la eficiencia. Recolectar agua de lluvia y conservar la humedad del suelo es otra de las buenas prácticas para el uso eficiente del agua sin dañar los cultivos.
- Agricultura ecológica: conservar la calidad del suelo y el agua y mejorar la biodiversidad para permitir un hábitat más saludable para la flora y fauna de nuestro planeta, es una otro punto importante a tener en cuenta. Es por ello que muchos agricultores evitan el uso de pesticidas y fertilizantes químicos promoviendo técnicas más limpias y naturales para sus cultivos.
- Rotación y cobertura de cultivos: esta técnica nos ayuda a velar por la salud del suelo a largo plazo. El uso de plantas de cobertura para mantener la fertilidad del suelo, reducir la erosión y controlar la proliferación de malezas.
Impacto ambiental en la producción de Aceite de Oliva
Como cualquier industria son muchos los problemas que conviven en la producción del aceite de oliva. Estos son los principales retos a superar para que este sector se comprometa con la sostenibilidad del planeta al completo:
- Emisiones de carbono: la producción y transporte del aceite de oliva contribuyen a generar emisiones de gases de efecto invernadero dañinos. El uso de métodos de cultivo intensivos o maquinaria pensada también aumenta la huella de carbono en la producción del aceite de oliva.
- Erosión del suelo: el cultivo exclusivo de olivares en zonas con suelos desnivelados y sin unas prácticas adecuadas de gestión del suelo puede desembocar en pérdida de biodiversidad y degradación del paisaje.
- Uso de recursos y desechos: el cultivo de olivares requiere de una gran cantidad de agua y energía. Si no se gestionan adecuadamente subproductos como alperujo y orujo se pueden llegar a contaminar el agua y los suelos. También es importante saber gestionar y reciclar restos de hojas y ramas de manera efectiva.
Innovaciones para reducir la huella de carbono
Dado los anteriores desafíos descritos, la industria del aceite está adoptando nuevas tecnologías y métodos innovadores para reducir la huella de carbono y mejorar la sostenibilidad. Es por ello que desde El Lagar estamos adoptando prácticas orientadas al cumplimiento de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Estas son algunas de las innovaciones que se van incluyendo:
- Economía circular: utilizar los desperdicios del aceite de oliva, para la producción de biogás o fertilizantes orgánicos. Esto hace que se reduzca considerablemente el impacto medioambiental que producen los desechos.
- Energías renovables: poco a poco se van incorporando en las almazaras paneles solares y otras fuentes de energía renovable para cubrir las necesidades energéticas de una manera más limpia.
- Tecnologías de precisión: el uso de elementos electrónicos que nos a ayuden a gestionar y monitorear los cultivos. De esta forma mejoramos la eficiencia productiva y reducimos el impacto ambiental.